30 diciembre 2013

Reseña: La lección de August.


Título original: Wonder 
Autor: R.J. Palacio 
Editorial: Nube de tinta 
Año: 2012 
Nº páginas: 406 
Precio: 14.95 

Puntuación: 5.7/5 

Sinopsis: Su cara lo hace distinto y él solo quiere ser uno más. Camina siempre mirando al suelo, la cabeza gacha y el flequillo tratando en vano de esconder su rostro, pero, aun así, es objeto de miradas furtivas, susurros ahogados y codazos de asombro. August sale poco, su vida transcurre entre las acogedoras paredes de su casa, la compañía de su familia, su perra Daisy y las historias de La guerra de las Galaxias. Este año todo va a cambiar, porque va a ir por primera vez a la escuela. Allí aprenderá la lección más importante de su vida, la que no se enseña en las aulas ni en los libros de texto: crecer en la adversidad, sonreír a los días grises y saber que, al final, siempre encontrará una mano amiga. 

La historia de August, a primera vista, se diría que es de superación. Sin embargo, yo lo veo más como una moraleja a gran escala. August no necesita superarse, es consciente de su problema y sabe a lo que se enfrenta cada mañana. Acepta lo que es desde un primer momento con mi sentimiento favorito: la resignación. Pero tampoco hace un drama de ello, así que no, él no tiene que superarse. Quienes deben hacerlo son los demás: el estúpido mundo, el holocausto estético imperante. August tan solo tiene que demostrarles quién es él en realidad, y solo aquellos dispuestos a ver más allá de lo diferente podrán conocer a un niño encantador. 

Se trata de una historia tierna y aleccionadora al mismo tiempo. Además de incluir gran parte de mis valores, me ha hecho fijarme en otras cosas. Una de ellas es el apoyo de una familia unida. Papá y mamá se quieren, y aman del mismo modo a sus hijos. Se involucran en sus actividades escolares y extraescolares, se sientan al borde de su cama para ver qué va mal. Y más aún, siempre dan un buen consejo o sacan una sonrisa. Los hermanos se abrazan y juegan con el perro de la familia. Si pudiera vivir otra vida, pediría vivir así. 
Otra cosa que me ha llamado la atención es lo actualizada que está la novela. Facebook, Harry Potter, Miley Cyrus y otras referencias por el estilo llevan a pensar que todo esto podría haber sucedido ayer. 

No le pongo el 6 porque los personajes no dan el pego de tener 10 años. Haberlos situado un par de cursos más arriba habría sido mejor. Salvo ese detalle, La lección de August podría enseñar muchas cosas, tanto a los interesados en ser mejores personas como a los desalmados. 

Lo guay de los niños pequeños es que no dicen cosas para intentar hacerte daño, aunque a veces dicen cosas que te hacen daño. Pero no saben lo que dicen. los niños mayores... esos sí que saben lo que dicen. 

Me gusta que el flequillo me cubra los ojos: eso me ayuda a tapar las cosas que no quiero ver. 

- Oye, que esta pinta la tengo gracias a la cirugía estética -sonreí y me señalé la cara. 
- ¡Tío, deberías demandar a tu médico! 
Los dos nos reímos tanto que no pudimos parar. 

¿De verdad vas a dejar que un par de idiotas te impidan volver al colegio? No les des ese poder sobre ti. No les des esa satisfacción. 

- Cuando va al cielo, ¿la gente tiene la misma pinta que aquí? 
- No lo sé. No creo. 
- Entonces, ¿cómo se reconocen? 
- No lo sé, cariño. Lo sienten y ya está. Todo es amor y nadie olvida a sus seres queridos. 

Me encanta tu cara, Auggie. La amo apasionadamente. Y me partía el corazón que siempre estuvieses tapándotela. 

- ¿Siempre voy a tener que preocuparme por unos idiotas como esos? 
- Siempre habrá idiotas en el mundo, Auggie. Pero creo que en este mundo hay más gente buena que mala, y la gente buena se preocupa por los demás y cuida de los demás. 

Cuando puedas elegir entre tener razón y ser amable, elige ser amable. ¿Podríamos hacer una nueva regla: intentar siempre ser más amables de lo necesario

Lo que es hermoso es bueno, y quien es bueno pronto será hermoso.

01 diciembre 2013

Reseña: Matar a un ruiseñor.


Título original: To kill a mockingbird
Autor: Harper Lee
Editorial: Ediciones B
Año: 1960
Nº páginas: 410
Precio: 9.95

Puntuación: 5.6/5


Sinopsis: Jean Louise Finch evoca una época de su infancia en Alabama(EE. UU), cuando su padre, Atticus, decidió defender ante los tribunales a un hombre negro acusado de violar a una mujer blanca. Matar un ruiseñor muestra una comunidad dominada por los prejuicios raciales, la desconfianza hacia lo diferente, la rigidez de los vínculos familiares y vecinales, y un sistema judicial sin apenas garantías para la población de color.

Pongámonos en situación. Un pequeño pueblecito de Alabama, a finales de los años 30. Atticus, un abogado viudo y padre de dos hijos (Jem y Scout), se enfrenta a un caso espinoso. Deberá defender a Tom Ribinson, un hombre negro acusado injustamente de violar a una mujer blanca. Los prejuicios de una sociedad corta de miras harán que sea un caso perdido desde el momento en que Tom fuera señalado. Aún así, e independientemente de las habladurías del pueblo, Atticus acepta el caso. No lo hace a su pesar, sino por propia convicción... por humanidad, por sentido común, por principios, por raciocinio y por su buen juicio para distinguir entre el bien y el mal. Tantos son los atributos que abalan a este gran personaje.

Scout, de seis años (ocho al final), narrará todos estos hechos desde la inocencia de la infancia. Y es que solo a edades tan tempranas se pueden absorber todos estos conocimientos. No es álgebra ni nada que pueda aprenderse en una escuela. Es algo tan básico para la vida como aprender a ponerse en el lugar de otro, no castigar a quien no alberga malas intenciones, comprender las reacciones ajenas y luchar contra las imperfecciones de la naturaleza humana. Scout y su hermano Jem aprenden y maduran del mismo modo que cualquier lector a lo largo de estas páginas.

En definitiva, Matar a un ruiseñor hace desear que su lectura no acabe nunca. En cuestión de muy poco tiempo pasamos a ser ciudadanos de Maycomb, hermanos de Jem y Scout, amigos de Dill... y lo más importante: hijos de Atticus. ¿Quién querría otra cosa? ¿Quién querría otro padre? ¿Quién querría cerrar el libro?

''Para poder vivir con otras personas tengo que poder vivir conmigo mismo. La única cosa que no se rige por la regla de la mayoría es la conciencia de uno.''

''Pero no es un insulto que te pongan un mote que otro considera denigrante. Eso solo demuestra lo mísero que es ese otro, y no te hiere.''

''La verdadera bravura no la encarna un hombre con un arma en la mano. Uno es valiente cuando, sabiendo que la batalla está perdida de antemano, lo intenta a pesar de todo y lucha hasta el fin pase lo que pase. Uno vence raras veces, pero alguna vez vence.''

''Ya viste cómo algo se interponía entre aquellos hombres y la razón. Hay algo en nuestro mundo que hace que los hombres pierdan la cabeza; no lograrían comportarse como personas asistidas de raciocinio ni aunque lo intentaran.''

''- No, Jem, yo creo que solo hay una clase de personas. Personas.
- Eso pensaba yo también, pero si solo hay una clase de personas, ¿por qué no pueden tolerarse unas a otras? Si todos son semejantes, ¿cómo se salen del camino para despreciarse unos a otros? Empiezo a comprender por qué Boo Radley ha estado encerrado todo este tiempo... Ha sido porque quiere estar allí dentro.''

''Llegué a la conclusión de que la gente era muy rara, así que me aparté de ella y no pensaba en sus cosas más que cuando era forzoso.''