06 octubre 2014

Reseña: Algún día este dolor te será útil.


Título original: Someday this pain will be useful to you 

Autor: Peter Cameron 
Editorial: Libros del Asteroide 
Año: 2007 
Nº de páginas: 250 
Precio: 18.95 

Puntuación: 5.7/5

Sinopsis: Pese a haber sido admitido en la prestigiosa Universidad de Brown, James Sveck no está seguro de querer ir; lo que de verdad le gustaría es comprarse una casa en el campo y pasarse el día leyendo, sin ser molestado; detesta relacionarse con gente de su edad, a la que evita y con la que piensa que no tiene nada en común. La narración de James nos ofrece una sarcástica y divertida mirada sobre su confusa vida, sobre cómo su desestructurada familia y su psiquiatra tratan en vano de ayudarle, o sobre cómo intenta, torpemente, aclararse y salir de su aislamiento.

En todas las clases de guión se enseña que, para construir una buena historia, es necesario que el protagonista tenga un objetivo claramente definido, así como la presencia de un factor antagonista que le impida lograrlo, generando un conflicto. Además, insisten en que dicho conflicto ha de ser externo si quieres que alguien te compre la idea. Bullshit.

A veces hay que salirse de las normas establecidas. Y es que un conflicto interno, al menos en literatura, puede darle mil vueltas a cualquier impedimento tangible. Personalmente, las historias que más me gustan son aquellas basadas en los pensamientos del protagonista, en ese quiero y no puedo por el simple hecho de que yo soy yo. Este concepto resume burdamente el argumento del libro que nos ocupa.

James, desde ahora uno de mis mejores amigos ficticios, ha de enfrentarse a esa temible brecha entre el instituto y le universidad, que normalmente consiste en un agónico verano. Ha de plantearse qué necesita hacer, y qué se espera de él que haga. ¿Por qué tiene que relacionarse con la gente si no le aporta nada, ni tiene inclinación a hacerlo? ¿Por qué tiene que ir a la universidad, cuando podría vivir tranquilamente en una casa de Oklahoma? ¿Por qué ha de ver a una psicóloga que solo responde a sus preguntas con otras preguntas?

Poco a poco, James irá explorando en su interior, averiguará cómo se siente realmente y decidirá en qué cosas ceder, y en qué cosas no. Indagará en sus traumas del pasado y reunirá la fuerza para superarlos. Lo mejor de todo es que dicha superación no se da en 250 páginas. Esta novela es simplemente el principio, el punto de inflexión en la vida de alguien que se ha perdido. El camino de ascenso se deja en el aire; uno acaba el libro con ganas de saber más sobre la vida posterior del protagonista. Para entonces, James se habrá ganado un hueco entre nuestros amigos, y sentiremos la necesidad de llamarle para ver cómo está y qué tal le fue después.

No veo la utilidad de pasar cuatro años aprendiendo un montón de cosas que no me interesan y que sin duda olvidaré, tan solo porque eso es lo que se debe hacer. Además, no soporto la idea de pasar cuatro años en compañía de estudiantes universitarios. Me aterra.

Detesto que mi padre haga esta clase de observaciones sobre mi madre o que ella las haga sobre mi padre. Creo que cuando te divorcias pierdes el derecho a comentar las acciones o el carácter de tu ex.

La idea de ser bibliotecario me atraía mucho: trabajar en un sitio donde la gente tenía que susurrar y solo hablaba cuando era necesario. ¡Ojalá el mundo fuese así!

Todos los demás parecían poder emparejarse, encajar sus partes de un modo agradable y productivo, pero alguna diferencia en mi anatomía y mi psiquis parecía apartarme de ellos de una manera leve pero irrevocable.

Hay pocas cosas que odie más que cuando la gente te ve solo y reacciona como si eso constituyese un problema para ellos.

-Estaba pensando en la mujer que murió en 11 de septiembre y de la que nadie supo que había desaparecido.
-¿Qué te ha hecho pensar en esa mujer?
-No lo sé. Se me ha pasado por la cabeza.

Quienes solo han tenido buenas experiencias no son muy interesantes. Puede que estén contentos y sean felices, pero son superficiales. Lo difícil es no dejarte abrumar por las malas rachas. No debes permitir que te derroten. Tienes que verlas como un regalo... un regalo cruel, pero regalo a fin de cuentas.

Canción de la semana #48


Royal Blood - Out Of The Black